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Antoine Arnault: ¡La naturaleza no puede permitirse el lujo de esperar!

Antoine Arnault: ¡La naturaleza no puede permitirse el lujo de esperar!

El sector del lujo, en todas sus dimensiones, mantiene una estrecha relación con la naturaleza, escribe Antoine Arnault en Les Echos. Antoine es director de LVMH, e hijo del multimilonario Bernard Arnault, presidente de LVMH. “Como tal, el lujo debe ser ejemplar y mostrar el camino para crear productos cuya alta calidad sea también ambiental. Es una fuente de considerable creatividad, puesta al servicio de un objetivo primordial” indica.

El 29 de julio, la humanidad gastó todos los recursos que la tierra puede regenerar en un año. En otras palabras, viviremos cinco meses en números rojos. Unos días antes del congreso de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), que será inaugurado por Emmanuel Macron, en Marsella, es hora de darse cuenta de lo que esto significa.

Porque la realidad es que nuestras economías están plenamente integradas con la naturaleza. Y de alguna manera, la crisis de salud que atravesamos está dejando las cosas claras: nos invita a redefinir radicalmente las relaciones entre humanos y no humanos. Se trata de salir del Antropoceno y reconocer que la naturaleza también es el mundo vivo y, como tal, hay que cuidarla. Pero también es a través de la economía y las empresas que se encontrarán e implementarán las soluciones.

El sector del lujo, del que nuestro grupo es líder mundial, sabe algo al respecto. Se tratan todos los sectores de actividad de nuestros negocios: vinos y bebidas espirituosas, perfumería y cosmética, relojería y joyería, moda y marroquinería, distribución selectiva. Y mantener una relación muy estrecha con la naturaleza: no hay champagne sin viñedo, no hay alta costura sin algodón ni seda, no hay perfumes sin especies vegetales.

Cada actor, ya sea institucional o político, se beneficiaría de calcular el capital natural que le es posible pedir prestado respetando los límites planetarios. Para ello, debemos conocer otra medida, la del impacto sobre la biodiversidad y los suelos. Y esto es posible con la condición de crear alianzas con actores de referencia, como lo hemos hecho nosotros, como AgroParisTech o WWF, al entrar en un marco de referencia como los definidos por Science Based Targets for Nature o por la Caisse des Dépôts Biodiversité ( el GBS, “Puntaje de biodiversidad global”). Tal medida nos permite hoy comprender con mayor precisión qué debemos hacer para devolver a la naturaleza lo que de ella tomamos prestado: haber rehabilitado 5 millones de hectáreas de hábitat de fauna y de flora desde ya y hasta 2030.

Debemos ser ejemplares y mostrar el camino para crear productos cuya alta calidad sea también ambiental: productos diseñados a partir de materiales biológicos e innovadores, en colaboración con proveedores responsables, que practican la agricultura regenerativa, por ejemplo. Productos con mayor atractivo, porque están en armonía con la naturaleza.

Clima y biodiversidad

Al trabajar así para proteger la biodiversidad, estamos simultáneamente luchando contra el calentamiento global: el tema de la biodiversidad no puede disociarse del tema del clima; los incendios que han asolado el planeta desde el pasado mes de abril ofrecen una prueba más. Desde California hasta Australia, desde Siberia hasta el sur de Francia, es la sequía lo que desencadena los incendios, que destruyen la biodiversidad y devuelven el CO 2 a la atmósfera.

Debemos afirmar una ambición común de acción, tanto para el clima como para la biodiversidad. Existen soluciones como la regeneración del capital del suelo para que sea tanto un mejor soporte para la biodiversidad como un lugar para el almacenamiento de carbono.

La protección de la biodiversidad también requiere financiación: una filantropía que también se aplica a la naturaleza, una “biosfera” en cierto modo. Para que sea eficaz, debe obedecer a dos principios: financiar proyectos de conservación que involucren a las comunidades locales. En este sentido, la alianza que hemos establecido con la Unesco en el marco del programa “El hombre y la biosfera” es sumamente valiosa porque permite actuar por el uso sostenible de la biodiversidad a través de las poblaciones locales.

Segundo principio: la necesidad de una evaluación muy sólida de los proyectos de financiación. Por ejemplo, se trata menos de financiar la plantación de árboles que de apoyar la restauración de sistemas forestales diversificados.

Todos pueden ver que las innumerables iniciativas emprendedoras que nacen tanto en las grandes empresas como en las start-ups todas tienen ahora un propósito de protección de la naturaleza. Se trata de un recurso considerable de creatividad que se pone al servicio de este objetivo primordial, que sólo puede alegrarnos porque la creatividad es el material mismo del sector del lujo, que sabe, mejor que nadie, sacar de él. Belleza, sostenibilidad y, en adelante, vitalidad para la naturaleza. Este es nuestro gran motivo de esperanza. La naturaleza se recrea constantemente, nuestra cultura artesanal se reinventa constantemente. Avanzan más que nunca de la mano.


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