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Verano y longevidad: 8 consejos científicos para cuidar tu salud en la época estival

Verano y longevidad: 8 consejos científicos para cuidar tu salud en la época estival

El verano es una temporada para disfrutar del sol, las vacaciones y las actividades al aire libre, pero también puede suponer retos para nuestro cuerpo. Las altas temperaturas, los cambios de rutina y la exposición solar intensa pueden afectar la salud si no tomamos precauciones. Mantener los hábitos saludables en verano es clave para prolongar nuestro bienestar y envejecer de forma saludable. A continuación, presentamos ocho consejos veraniegos, respaldados por la ciencia, para cuidar tu salud y longevidad este verano (y de paso sacar partido de los productos de Longevitas, especialistas en suplementos antiaging).

Tomar el sol con moderación y con la protección adecuada (externa e interna) es fundamental para prevenir el fotoenvejecimiento cutáneo y mantener una piel sana en verano.

1. Mantente hidratado y repón los minerales perdidos

El calor veraniego hace que nuestro cuerpo pierda líquidos rápidamente a través del sudor, lo que puede conducir a deshidratación y bajadas de tensión. Además del agua, con el sudor eliminamos electrolitos esenciales como sodio, potasio y magnesio, indispensables para funciones corporales básicas. La pérdida de magnesio en particular puede favorecer la aparición de calambres musculares, ya que un nivel bajo de este mineral altera el equilibrio con el calcio en los músculos. En ambientes cálidos o durante ejercicio intenso en verano, el cuerpo puede perder cantidades significativas de magnesio por la sudoración, aumentando el riesgo de calambres y fatiga.

¿Qué hacer? Asegúrate de beber líquidos en abundancia a lo largo del día, incluso antes de sentir sed. Además:

  • Agua y bebidas saludables: Lleva siempre contigo una botella de agua y bebe pequeños sorbos frecuentes. Puedes alternar con infusiones frías sin azúcar, agua de coco o bebidas deportivas naturales para reponer electrolitos. Evita el exceso de alcohol y cafeína, que deshidratan.
  • Frutas y vegetales ricos en agua: Incorpora en tu dieta sandía, melón, naranja, pepino, tomate y otras frutas/verduras de verano. Estas no solo hidratan, sino que aportan minerales. Por ejemplo, el melón y la sandía contienen potasio, y las verduras de hoja verde magnesio.
  • Suplementos de magnesio de calidad: Considera tomar un suplemento de magnesio si realizas mucho ejercicio o sudas en exceso. El magnesio bisglicinato, presente en la línea de Longevitas, es una forma de alta absorción y suave para el estómago, ideal para reponer niveles de magnesio de forma efectiva. Mantener un buen aporte de magnesio ayudará a prevenir calambres, migrañas por calor y a reducir el cansancio.

Mantenerte bien hidratado y con los minerales en equilibrio permitirá que tu cuerpo regule mejor su temperatura y circulación sanguínea incluso bajo el sol, evitando bajadas de tensión, golpes de calor y asegurando que tus células funcionen óptimamente. Recuerda que incluso una deshidratación leve puede mermar tu energía y lucidez mental, así que ¡a beber agua frecuentemente!

2. Incorpora alimentos frescos y ricos en antioxidantes

Una alimentación ligera pero nutritiva es tu gran aliada en verano. Aprovecha los productos de temporada (frutas del bosque, cítricos, verduras de verano) que están repletos de antioxidantes, vitaminas y agua. Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres que se generan más con el sol y el calor, protegiendo tus células del daño oxidativo y el envejecimiento prematuro.

Algunos consejos dietéticos para un verano saludable y “antiaging”:

  • Frutas de colores vivos: Los frutos rojos (fresas, arándanos, cerezas), albaricoques, mangos y uvas aportan vitamina C, carotenoides y polifenoles que combaten el estrés oxidativo. Un bol de frutas frescas cada día te hidratará y nutrirá a la vez.
  • Ensaladas y gazpachos: Vegetales como tomate, pimiento, pepino, zanahoria y hojas verdes son ricos en vitaminas A, C, ácido fólico y minerales. Consúmelos crudos en ensaladas, gazpacho o batidos para aprovechar al máximo sus nutrientes.
  • Grasas saludables: Incluye algo de aguacate, frutos secos crudos y aceite de oliva virgen extra. Sus ácidos grasos y vitamina E benefician la piel y el corazón. También el pescado azul (atún, sardinas) es excelente en verano – aporta omega-3, del que hablaremos más adelante.
  • Hierbas aromáticas frescas: Albahaca, menta, romero… no solo dan sabor, sino que tienen compuestos antioxidantes. Un té verde frío con menta, por ejemplo, es refrescante y aporta catequinas (potentes antioxidantes).

Si crees que tu dieta no está cubriendo todas las vitaminas, podrías añadir un complejo multivitamínico o antioxidante. Por ejemplo, Longevitas Labs cuenta con suplementos específicos ricos en polifenoles como la quercetina, un flavonoide natural presente en algunas frutas. La quercetina actúa neutralizando radicales libres y reduciendo la inflamación, siendo un apoyo para combatir el envejecimiento celular. De hecho, este flavonoide ha mostrado beneficios para la piel, ayudando a contrarrestar el daño cutáneo por radiación solar y previniendo arrugas y manchas. Otra opción estrella es la vitamina C liposomada que ofrece Longevitas: la vitamina C, en forma altamente absorbible, contribuirá a tu ingesta antioxidante diaria y apoyará múltiples aspectos de tu salud (inmunidad, piel, vasos sanguíneos). En definitiva, apuesta por comer colorido y natural. Tu cuerpo recibirá una inyección de fitonutrientes que te harán sentir más vital y protegido frente al estrés ambiental del verano.

3. Disfruta del sol de forma segura y obtén vitamina D naturalmente

El sol del verano puede ser un gran aliado de la salud si sabemos aprovecharlo con precaución. La luz solar promueve la síntesis de vitamina D en la piel, nutriente esencial para los huesos, los músculos e incluso el sistema inmunológico. Unos minutos de sol al día ayudan a mantener buenos niveles de vitamina D – por ejemplo, alrededor de 10-15 minutos de exposición solar directa en brazos y piernas (en horas de menor intensidad, como antes de las 11 am o después de las 5 pm) pueden ser suficientes en verano. Obtener vitamina D de forma natural es importante, ya que su deficiencia se ha relacionado con fatiga, baja inmunidad y problemas óseos.

Sin embargo, no hay que olvidar que tomar el sol sin control conlleva riesgos. La radiación UV en exceso daña la piel, acelera el fotoenvejecimiento e incrementa el riesgo de cáncer cutáneo. Por ello, sigue estos consejos para un “toma el sol” inteligente:

  • Evita las horas punta de radiación (mediodía) y busca la sombra entre las 12:00 y 16:00 horas. Aprovecha las mañanas tempranas o finales de la tarde para tus actividades al aire libre.
  • Usa siempre protección solar externa: Aplícate un fotoprotector de amplio espectro (FPS 30-50) en las zonas expuestas, incluso en días nublados o en la playa/piscina. Reaplica cada 2 horas y después de nadar o sudar. Completa con gorro, gafas de sol UV y ropa fresca de manga larga cuando puedas.
  • No descuides la hidratación al sol: Como mencionamos, el calor deshidrata. Bebe agua antes, durante y después de tomar sol para compensar pérdidas.
  • Escucha a tu cuerpo: Si sientes mareo, dolor de cabeza o fatiga bajo el sol, busca un lugar fresco de inmediato. La insolación y el golpe de calor son emergencias médicas; mejor prevenir descansando a la sombra regularmente.

Si a pesar de la prudencia te cuesta mantener buenos niveles de vitamina D (por ejemplo, si usas protector solar muy fuerte todo el tiempo o tienes piel muy oscura que requiere más sol), consulta con un profesional la posibilidad de suplementar vitamina D3. Longevitas destaca la importancia de una vitamina D personalizada según tus necesidades específicas. Un suplemento de D3 de calidad (idealmente acompañado de vitamina K2 para su correcta utilización) puede ser beneficioso, especialmente para personas mayores o con deficiencia diagnosticada. Eso sí, nada sustituye a la seguridad: consigue tu dosis de vitamina D sin sacrificar la salud de tu piel. Un equilibrio inteligente entre exposición moderada y protección rigurosa te permitirá disfrutar del sol obteniendo sus beneficios y minimizando sus daños.

4. Protege y repara tu piel desde el interior con antioxidantes y colágeno

Además de la protección solar tópica, podemos reforzar la defensa de la piel desde dentro mediante la nutrición y los suplementos adecuados. La piel sufre en verano: la radiación UV genera radicales libres que dañan el colágeno y el ADN de las células cutáneas, causando arrugas, manchas e inflamación. Afortunadamente, ciertos nutrientes actuán como “fotoprotectores internos”, ayudando a la piel a resistir y repararse:

  • Vitamina C oral: Es uno de los antioxidantes más potentes para la piel. Neutraliza los radicales libres producidos por la exposición solar y contribuye a regenerar la vitamina E, otro antioxidante clave en la piel. Además, la vitamina C es cofactor esencial para la síntesis de colágeno, la proteína que mantiene la piel firme y elástica. Se ha observado que utilizar vitamina C junto con el protector solar aporta un escudo doble: mientras el fotoprotector bloquea parte de la radiación externamente, la vitamina C defiende las células cutáneas desde la primera capa de la piel, reduciendo el daño ultravioleta. En palabras de expertos: “La combinación de un antioxidante como la vitamina C con el protector solar es una estrategia poderosa para proteger la piel de los daños del sol… La vitamina C neutraliza radicales libres generados por la exposición solar, y si la combinamos con la crema solar reduciremos el daño de los rayos UV”. Tomar un suplemento de vitamina C liposomada cada mañana en verano puede mejorar la resistencia de tu piel al sol (por supuesto, sin omitir el protector tópico).
  • Flavonoides y carotenoides: Sustancias como la quercetina (flavonoide) o el beta-caroteno (precursor de vitamina A) también actúan protegiendo la piel. Ya mencionamos que la quercetina reduce el daño oxidativo por radiación solar y previene signos de fotoenvejecimiento. Por su parte, los carotenoides (presentes en zanahorias, calabaza, etc.) se acumulan en la piel y pueden ayudar a disminuir las quemaduras solares leves al reforzar la defensa antioxidante cutánea. Algunos suplementos solares nutricosméticos combinan vitamina C, E, licopeno, luteína, extracto de té verde, etc., para este fin. Longevitas ofrece cápsulas ricas en antioxidantes (como Resveratrol o la misma Quercetina) que pueden ser útiles para quienes buscan una protección global.
  • Colágeno hidrolizado y otros nutricosméticos: Durante el verano es buena idea apoyar la regeneración cutánea desde adentro. Los suplementos de péptidos de colágeno han mostrado mejorar la hidratación y elasticidad de la piel en personas mayores o con piel seca. Tomar colágeno diario (en polvo o comprimidos) aporta aminoácidos que se acumulan en la dermis y pueden ayudar a reparar el daño solar y mantener la piel tersa. Longevitas Labs cuenta con una Fórmula Colágeno que combina péptidos bioactivos Verisol® con otros ingredientes que maximizan su absorción. Aunque el colágeno no es una “cura mágica”, la evidencia científica sugiere que su ingesta podría reducir la formación de arrugas y mejorar el aspecto general de la piel fotoenvejecida. Asimismo, este tipo de suplemento suele beneficiar también a uñas y cabello, que en verano tienden a resecarse por el sol, el cloro de piscinas y la sal del mar.
  • Ácidos grasos Omega-3: Las grasas omega-3 (EPA y DHA) provenientes de pescado o suplementos también ayudan a la piel. Contribuyen a reducir la inflamación causada por la radiación UV y a mantener la integridad de las membranas celulares cutáneas. Incluso hay expertos que señalan que los omega-3 promueven la producción de colágeno y mejoran la circulación en la piel, lo que se traduce en una mejor elasticidad cutánea y menor sequedad. Un buen suplemento de Omega-3 altamente concentrado (como el de Longevitas, con 600 mg EPA + 400 mg DHA por cápsula) te aportará dosis óptimas de estos ácidos grasos para cuidar tanto tu piel como tu salud cardiovascular en verano.

Cuidar la piel en verano no solo implica lo que te pones sobre ella, sino también lo que le aportas desde dentro. Combinando fotoprotección externa con nutrientes internos (antioxidantes, colágeno, omega-3), estarás dándole a tu organismo las herramientas para combatir el fotoenvejecimiento y mantener una piel joven, hidratada y luminosa a pesar del sol.

5. Mantén tu nivel de energía y sigue activo físicamente

El calor agobiante a veces nos quita las ganas de movernos, pero es importante no caer en el sedentarismo durante el verano. Mantenerse activo físicamente (con ejercicio moderado, natación, paseos, etc.) es esencial para la salud cardiovascular, muscular y mental a cualquier edad. Eso sí, hay que adaptar la rutina a las condiciones veraniegas: hacer deporte a primeras o últimas horas del día para evitar el bochorno, usar ropa ligera, hidratarse muy bien (antes, durante y después del ejercicio) y escuchar a tu cuerpo para no sobrecalentarte. La actividad física regular contribuye a un metabolismo saludable y a conservar masa muscular, lo cual es clave para un envejecimiento saludable. De hecho, la pérdida de músculo y la falta de ejercicio están asociadas a menor capacidad física y más fragilidad en la tercera edad. ¡No queremos eso! Así que aprovecha el buen tiempo para moverte, siempre con precaución ante el calor.

Ahora bien, si quieres rendir al máximo y sentirte con energía para entrenar incluso con calor, existen suplementos que pueden darte un empujón de vitalidad de forma natural:

  • Coenzima Q10 (CoQ10): Se trata de una molécula que nuestras células usan para producir energía en las mitocondrias. La CoQ10 es esencial para la vida celular y actúa también como antioxidante protector. Con la edad, los niveles de CoQ10 en el organismo disminuyen, lo cual contribuye a la sensación de fatiga y a una menor función muscular en personas mayores. Estudios han encontrado que los adultos mayores con niveles más altos de CoQ10 tienden a tener mejor capacidad física y menos fragilidad. Por ello, un suplemento de CoQ10 puede ser muy beneficioso para mantener la energía, especialmente en gente de mediana edad en adelante. Longevitas ofrece Ubiquinol Kaneka®, una fórmula de CoQ10 en su forma reducida (ubiquinol) que es la más biodisponible. Esta forma patentada logra hasta 4 veces más absorción con dosis menores, siendo una aliada para tu vitalidad celular. Tomar ubiquinol diariamente podría ayudarte a sentir menos cansancio en días calurosos y a rendir mejor en tus actividades, ya que apoya directamente la producción de ATP (la energía química celular).
  • Complejo de vitaminas B: Las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B6, B12, etc.) son cofactors en el metabolismo energético. Convierten los alimentos en energía utilizable y sostienen el correcto funcionamiento neuromuscular. Una ingesta adecuada de B1 y B2, por ejemplo, ha demostrado mejorar la calidad del sueño y reducir el estrés, lo que indirectamente se traduce en más energía al día siguiente. La B12 y B6 evitan la anemia y fatiga. Si tu dieta flojea en alimentos ricos en B (cereales integrales, carne magra, huevos, legumbres), un suplemento B-Complex puede garantizar niveles óptimos para mantenerte activo y con buen ánimo. Longevitas cuenta con un B Complex equilibrado ideal para periodos de mucha actividad física o mental.
  • Aminoácidos y proteínas ligeras: En verano a veces apetece menos comer carnes o legumbres por el calor, pero no descuides las proteínas que necesita tu cuerpo. Consumir suficientes proteínas magras (pescado, pollo, lácteos, tofu) ayudará a tus músculos a recuperarse tras la actividad. Si entrenas con pesas o ejercicio intenso, podrías añadir aminoácidos esenciales o proteína de suero aislada en batidos frescos. Esto te ayudará a mantener la masa muscular. Longevitas tiene fórmulas de aminoácidos ramificados (BCAA) y glutamina orientadas a la recuperación deportiva, que pueden ser útiles en entrenamientos veraniegos exigentes.
  • Omega-3 y antiinflamatorios naturales: Cuando hacemos ejercicio, especialmente intenso, generamos micro-lesiones musculares e inflamación. En verano, el calor puede exacerbar la respuesta inflamatoria. Los ácidos grasos omega-3 (EPA/DHA) han demostrado reducir la inflamación post-ejercicio y mejorar la recuperación muscular, disminuyendo el dolor tardío (agujetas). Asimismo, promueven un buen flujo sanguíneo a los músculos y articulaciones, evitando rigideces. Tómate una dosis de aceite de pescado concentrado a diario para mantener tus articulaciones lubricadas y minimizar el efecto inflamatorio del ejercicio y el calor. Otros ingredientes naturales como la cúrcuma (curcumina) también pueden ayudar a modular la inflamación: la cúrcuma es un conocido antiinflamatorio natural que Longevitas ofrece en una forma altamente absorbible (Cursol®). Incluir cúrcuma en tu dieta o en suplemento te ayudará a recuperarte mejor tras actividades intensas bajo el sol.

En conjunto, mantenerte activo en verano te aportará endorfinas, control de peso y bienestar general. Y con estos apoyos nutricionales, podrás hacerlo sin que el calor te “robe” energía. Eso sí, adapta la intensidad a las circunstancias: tal vez en los días de ola de calor no sea momento de batir récords, pero sí de nadar un rato o caminar por la tarde. Tu energía y salud lo agradecerán, y llegarás a fin de verano en mejor forma que nunca.

6. Asegura un descanso reparador cada noche

Las noches de verano pueden volverse un reto para el sueño: las temperaturas altas, los días más largos con más horas de luz y un ritmo social más activo pueden alterar nuestros ciclos de descanso. Sin embargo, dormir bien es fundamental para la regeneración celular, la salud cerebral y para mantener a raya el estrés oxidativo. Durante el sueño profundo, el organismo repara tejidos (incluida la piel dañada por el sol) y equilibra las hormonas. Por tanto, no sacrifiques tus horas de sueño por la temporada – intenta mantener un horario relativamente regular y un ambiente propicio para dormir, incluso en vacaciones.

Algunos consejos para lograr un sueño de calidad en verano:

  • Enfría tu dormitorio: Trata de mantener la habitación a una temperatura cómoda (idealmente entre 18-22°C). Ventila por la noche, usa ventilador o aire acondicionado moderado si es seguro. Una ducha templada antes de acostarte puede ayudar a bajar la temperatura corporal y conciliar el sueño.
  • Oscuridad y relajación: Aunque anochece tarde, intenta que tu cuarto esté oscuro al ir a dormir (usa cortinas opacas o antifaz). Evita pantallas brillantes justo antes de acostarte, ya que la luz azul inhibe la melatonina. Opta por leer un libro o meditar unos minutos para indicar a tu cuerpo que es hora de descansar.
  • Cena ligera y cuida lo que bebes: En verano es común salir a cenar tarde. Procura que la comida de la noche no sea muy pesada ni picante para no dificultar la digestión durante el sueño. Limita el alcohol en la noche, ya que aunque inicialmente da sueño, luego fragmenta el descanso. En su lugar, puedes tomar una infusión relajante (tila, valeriana) o leche tibia.
  • Suplementos para el sueño: Aquí la naturaleza también brinda aliados. Un suplemento muy útil es el magnesio antes de dormir – sus propiedades relajantes ayudan a preparar el cuerpo para el descanso, disminuyendo la tensión muscular y los nervios. De hecho, el magnesio contribuye a reducir el estrés y favorece un sueño más profundo al relajar el sistema nervioso. Toma 200-400 mg de magnesio bisglicinato en la cena o antes de acostarte y notarás la diferencia. Asimismo, como mencionamos, las vitaminas B1 y B2 se han asociado a mejoras en la calidad del sueño, por lo que un complejo B podría ser conveniente (estas vitaminas ayudan a producir neurotransmisores relajantes). Por otro lado, algunos adaptógenos tienen efecto calmante: por ejemplo, la ashwagandha es conocida por sus propiedades antiestrés que también pueden mejorar el insomnio leve, normalizando el cortisol y apoyando el ritmo circadiano. Longevitas incluye ashwagandha en ciertos productos como Mamberry, lo que podría aportarte un plus de relajación si lo tomas por la tarde-noche.
  • Melatonina y otras ayudas: Si a pesar de todo te cuesta dormir por cambios de horario (jet lag de viajes) o nervios, la melatonina en dosis bajas (1-3 mg) puede ser útil para reajustar tu ciclo de sueño. Siempre es recomendable consultar a un médico antes de usarla.

Dormir bien no solo te hará sentir con más energía y mejor humor al día siguiente; también es en sí mismo un factor de longevidad. Estudios relacionan el sueño insuficiente crónico con mayor riesgo de problemas cardíacos, metabólicos e incluso cognitivos. Así que en vacaciones, disfruta pero reserva tus ~7-8 horas de sueño diarias. Un cuerpo descansado envejece más lento y afronta mejor los rigores del verano.

7. Controla el estrés y cuida tu bienestar mental

Paradójicamente, aunque asociamos el verano con relajación, muchas personas experimentan estrés en esta época: puede ser por la planificación de viajes, atender a los hijos sin colegio, o simplemente por romper la rutina. Además, algunas personas sienten la “presión” de disfrutar y hacer muchos planes, lo que también puede generar ansiedad. El estrés prolongado no solo empaña el disfrute, sino que impacta negativamente en la salud (aumenta inflamación, desequilibra hormonas y envejece las células). Por ello, cuidar la salud mental en verano es igual de importante que ponerse bloqueador solar.

Aquí van unos tips para mantener la calma y el equilibrio mente-cuerpo durante la temporada estival:

  • Organiza y simplifica: Si tienes vacaciones o días libres, no satures la agenda con demasiadas actividades. Planifica con anticipación los viajes para evitar contratiempos de último minuto. Deja márgenes de tiempo entre compromisos para poder descansar. El slow travel (viajar sin prisas) y el ocio sin culpa son tendencias saludables: no pasa nada si un día decides simplemente hacer nada en la hamaca, tu cerebro lo agradecerá.
  • Practica técnicas de relajación: Aprovecha el entorno veraniego para reconectar contigo mismo. Un paseo por la playa al atardecer, estiramientos suaves o yoga en el césped, unos minutos de meditación bajo la sombra de un árbol… Estas sencillas actividades reducen el cortisol (hormona del estrés) y mejoran el ánimo. Incluso algo tan básico como respirar profundamente unos minutos cada día puede marcar diferencia: inhalar por 4 segundos, exhalar por 6-8 segundos, repetido 10 veces, induce una respuesta de calma en el sistema nervioso.
  • Mantén contacto social positivo: Las reuniones familiares o con amigos en verano suelen ser fuente de alegría, pero también pueden ser estresantes si no ponemos límites. Prioriza pasar tiempo con personas que te aporten bienestar. Ríe, cuenta anécdotas, disfruta el momento presente y evita en lo posible conversaciones o entornos conflictivos durante tus descansos.
  • Adaptógenos, tus aliados anti-estrés: En el plano de la suplementación, los adaptógenos se han vuelto populares por su capacidad de ayudar al cuerpo a lidiar con el estrés de forma equilibrada. Plantas como la ashwagandha, rhodiola, ginseng o albahaca santa han demostrado aumentar la resistencia física y mental al estrés, modulando la respuesta neuroendocrina para prevenir picos de ansiedad o fatiga. A diferencia de un ansiolítico farmacológico, los adaptógenos no bloquean el estrés, sino que “entrenan” al organismo para responder mejor a él. Por ejemplo, estudios en adultos con estrés elevado encontraron que tomar ashwagandha diariamente por 60 días redujo significativamente sus niveles de ansiedad y mejoró su estado general. Otro estudio halló que este adaptógeno puede disminuir marcadores inflamatorios asociados al estrés crónico. Si te notas irritado, cansado o ansioso en verano, podrías probar algún suplemento adaptógeno. Longevitas Labs ha desarrollado Mamberry, una fórmula en polvo con propiedades adaptógenas (contiene extractos naturales antioxidantes y alcalinizantes) que ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés físico, mental y emocional. Incorporar Mamberry en un batido o agua fresca diariamente podría colaborar en estabilizar tu estado de ánimo y energía durante jornadas intensas.
  • Vitaminas del bienestar: No olvidemos que ciertas deficiencias nutricionales pueden exacerbar la ansiedad o bajones anímicos. Ya mencionamos las vitaminas B y magnesio para el sistema nervioso: asegúrate de no tener carencia de B12, B6, B1 o magnesio, porque podrían manifestarse en irritabilidad, apatía o problemas de concentración. Asimismo, Omega-3 nuevamente juega papel aquí: estudios sugieren que un buen nivel de omega-3 ayuda a regular neurotransmisores como la serotonina y dopamina, reduciendo síntomas de depresión y ansiedad leve. Por tanto, el aceite de pescado es tanto para el corazón como para la mente.

En definitiva, el verano debe ser un tiempo para recargar la mente. Desconecta de las presiones cotidianas, practica hábitos que te hagan feliz y apóyate en la naturaleza (ya sea un paseo al aire libre o suplementos herbales) para mantener tu equilibrio emocional. Un cerebro libre de estrés crónico favorece la longevidad tanto como una buena dieta.

8. Refuerza tu sistema inmunológico también en verano

Aunque asociamos las gripes y resfriados al invierno, la realidad es que en verano nuestro sistema inmunitario sigue necesitando atención. Los cambios de clima (pasar del calor exterior al aire acondicionado frío), los viajes internacionales y las aglomeraciones turísticas pueden exponernos a virus y bacterias poco habituales para nuestro organismo. Además, ciertos patógenos alimentarios proliferan más con el calor (intoxicaciones, gastroenteritis). Por lo tanto, cuidar la inmunidad en verano nos ahorrará pasar unos días enfermos en cama y nos mantiene en forma para disfrutar las vacaciones.

Algunos puntos para mantener tus defensas altas durante la época estival:

  • Higiene y seguridad alimentaria: Parece básico, pero es fácil relajarse en vacaciones. Lávate las manos con frecuencia, especialmente antes de comer y después de viajes en transporte público. Bebe agua potable segura (lleva tu botella reutilizable y rellénala) y vigila la cadena de frío de los alimentos (no dejes mucho tiempo fuera comidas que se estropean). Ten precaución con comida callejera de dudosa higiene. Estas medidas previenen infecciones gastrointestinales que pueden arruinar tus días libres.
  • Vitamina C diaria: La vitamina C es famosa por su papel inmunológico. Apoya la producción de interferones (proteínas antivirales) y mejora la función de los glóbulos blancos que destruyen patógenos. Aunque no es un escudo mágico contra resfriados, cumplir con la dosis diaria de vitamina C acorta ligeramente la duración de los catarros y podría hacerlos menos severos. En verano, aprovecha las frutas cítricas, kiwis, fresas y tomates. Y si necesitas un plus, el suplemento de Vitamina C liposomal 1000 mg de Longevitas te asegura niveles óptimos con absorción máxima. Esta forma de vitamina C altamente biodisponible puede venir genial sobre todo si viajas en avión (donde circulan virus en el aire acondicionado) o si estás en contacto con mucha gente.
  • No abandones la vitamina D: Ya hablamos del sol y la vitamina D. Recuerda que la vitamina D también es crucial para la inmunidad innata y adaptativa – mantiene alerta a las células inmunes. Un nivel adecuado de vitamina D se asocia con menor riesgo de infecciones respiratorias. Así que continua monitoreando tu status de vitamina D incluso en verano. Si vas a exponerte al sol de manera segura, genial; si no, mantén tu suplemento de D3 (generalmente 1000–2000 UI/día, o la dosis recomendada por tu médico según tus niveles en análisis). Longevitas enfatiza la personalización, así que puedes consultar su servicio para ajustar la dosis a tu medida.
  • Descanso y relajación: Vale la pena repetirlo: el sistema inmune y el estrés están estrechamente relacionados. Si no duermes bien o estás ansioso, tus defensas bajan. Aplica los consejos de sueño y estrés mencionados. Un cuerpo descansado produce mejor sus células inmunitarias y mantiene un equilibro antiinflamatorio saludable.
  • Probióticos y salud intestinal: Muchas células inmunes residen en el intestino. Un golpe de calor o antibióticos por alguna infección pueden alterar tu flora intestinal en verano. Consumir yogur, kéfir u otros fermentados te aportará probióticos beneficiosos. Si viajas a destinos exóticos, llevar un suplemento probiótico puede ayudar a prevenir diarreas del viajero y mantener tu microbiota fuerte. Aunque Longevitas Labs se especializa más en suplementos nutracéuticos, no está de más combinar estos con probióticos de calidad en caso necesario, ya que un intestino equilibrado es la base de una inmunidad sólida.
  • Zinc y otros micronutrientes: Por último, asegúrate de obtener suficientes minerales como zinc, selenio, hierro y cobre, que participan en la función inmune. La mayoría los obtendrás con una dieta veraniega variada. Las nueces de Brasil por ejemplo aportan selenio, los mariscos y carnes magras zinc y hierro. Si sigues una dieta vegetariana o muy restrictiva en vacaciones, un multivitamínico podría ser tu red de seguridad para no quedarte corto en estos nutrientes.

El verano no es excusa para descuidar tu sistema inmune. Con pequeños hábitos (alimentación rica en nutrientes, higiene, suplementación estratégica) podrás mantener tus defensas en guardia. Así evitarás contratiempos de salud y seguirás gozando de cada día estival al máximo.

En resumen: El verano es para disfrutar, y con estos consejos podrás hacerlo sin sacrificar tu salud ni tus objetivos de longevidad. Hidratación constante, nutrición antioxidante, cuidado de la piel por dentro y por fuera, mantenerse activo pero descansando lo necesario, controlar el estrés y apoyar al sistema inmune son los pilares para un verano pleno. Los productos de Longevitas Labs están diseñados precisamente para respaldar estos pilares: desde suplementos de magnesio, omega-3 y vitaminas, hasta innovadoras fórmulas antiedad como resolvinas pro-inflamación o adaptógenos, todos basados en la ciencia para ayudarte a vivir más y mejor.

Aplicando estas recomendaciones, podrás disfrutar de las vacaciones sintiéndote fuerte, joven y radiante, mientras cuidas tu bienestar a largo plazo. ¡Que nada te detenga de pasar un excelente verano y sumar vitalidad a tu vida! 🌞💪🏼🥗

Fuentes: Los consejos ofrecidos están respaldados por evidencia científica y recomendaciones de expertos en salud y longevidad de Longevitas.


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