Empleo

El polémico presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha pronunciado una frase sobre el poder adquisitivo de los más ricos en su país en la que aseguraba que “independientemente de lo que piensen algunos o algunas, España será un país mejor si tiene más automóviles eléctricos, por cierto fabricados en España, más autobuses públicos y por tanto más transporte público y menos Lamborghinis”. Una frase despreciativa hacia un sector que puede impulsar la economía ya maltrecha de su país, con el turismo de calidad y empleo especializado tan necesario.
El “Lujo” no es un monstruo montado en un Lamborghini, Sr. Sánchez. El Lujo es estabilidad y sostenibilidad del empleo en momentos de incertidumbre; son artesanos, del cuero, de la cerámica, con las manos manchadas de barro y entregadas a oficios que en otros países valoran y apoyan como parte de una cultura en extinción. El lujo no es un ente, un enemigo del trabajo. Es un motor económico que en países como Francia, cuna de la democracia y la diversidad, han sabido aprovechar, y representa más del 10% de su PIB.
En este Informe, vamos explicar cómo el lujo no son Lamborghinis (por cierto, solo 46 vendidos en España en 2023).