El mercado de lujo personal enfrenta un punto de inflexión: solo las marcas con un propósito claro prosperarán

El mercado mundial de lujo personal parece haber llegado a un punto de inflexión decisivo. Tras casi una década de crecimiento ininterrumpido, los analistas predicen ahora una contracción del 5% en 2025, tras el modesto descenso del 2% ya registrado en 2024. Esta desaceleración marca el fin de una era de expansión sin esfuerzo y señala el comienzo de una nueva fase definida por la selectividad, la autenticidad y el propósito.

Según estudios recientes de Bain & Company y Reuters, el consumo de lujo en China ha entrado en una “nueva normalidad”, con ventas planas o negativas esperadas para el próximo año. La desaceleración es particularmente evidente en moda y accesorios, segmentos que alguna vez lideraron el impulso de la industria. Mientras tanto, el lujo experiencial—viajes, gastronomía fina y bienestar—sigue creciendo, redefiniendo el concepto mismo de indulgencia.

“El lujo ya no se trata de lo que posees, sino de lo que experimentas y en lo que crees”, señala un observador del mercado. Los días en que los precios al alza y el marketing aspiracional garantizaban el éxito se están desvaneciendo. Hoy, los consumidores—especialmente las generaciones más jóvenes—demandan historias con significado, abastecimiento ético y conexión emocional.

Los ganadores de este nuevo ciclo serán aquellos que alineen la estrategia empresarial con valores más profundos. Es probable que las marcas que ofrecen servicio personalizado, narrativas transparentes y artesanía genuina conserven la lealtad en medio de la turbulencia. Por el contrario, las firma que dependen únicamente de la herencia y el prestigio del logotipo pueden tener dificultades para mantenerse relevantes.

Mientras el sector del lujo personal se prepara para un 2025 desafiante, el mensaje es claro: el propósito es el nuevo símbolo de estatus. El futuro del lujo no pertenece a quienes venden sueños, sino a quienes los hacen creíbles.