¿Por qué los inversores prefieren Portugal a España?
Portugal se ha posicionado como un destino de inversión preferente en el sector del lujo. Aunque España también posee un mercado de lujo floreciente y una rica oferta cultural y turística, los inversores parecen favorecer a Portugal.
Estas son las razones
En primer lugar, Portugal ofrece un régimen fiscal muy atractivo para los residentes no habituales, que permite a los individuos beneficiarse de exenciones fiscales durante un periodo de diez años. Este incentivo ha atraído a numerosos inversores y profesionales de alto valor, particularmente aquellos vinculados a la economía del lujo.
Además, el ambiente político y social de Portugal es percibido como más estable y acogedor para los inversores internacionales. La burocracia reducida y el ambiente amigable para hacer negocios contribuyen al atractivo del país. En contraste, España ha enfrentado desafíos políticos y sociales, como tensiones territoriales, que pueden ser vistas como barreras para la inversión.
La calidad de vida en Portugal también es un factor significativo. Las ciudades portuguesas combinan la rica historia y cultura con un estilo de vida relajado, y el país ha sido consistentemente clasificado como uno de los lugares más seguros del mundo. España, aunque también rica culturalmente y diversa, enfrenta problemas de congestión y contaminación en sus ciudades principales.
En el sector inmobiliario, el mercado portugués ha experimentado un crecimiento sostenido, con precios más asequibles en comparación con las principales ciudades españolas. Este crecimiento, junto con programas de visas doradas y permisos de residencia para inversores, ha fomentado un flujo constante de inversión extranjera en el sector del lujo.
Finalmente, el desarrollo del sector turístico de lujo en Portugal ha sido impulsado por una fuerte inversión en infraestructura y promoción. El país ha incrementado su presencia en el sector de turismo de lujo, atrayendo a visitantes e inversores con su oferta de experiencias exclusivas y auténticas.
